04 octubre, 2009

El Fin de la Pena X

27 de septiembre de 1.999. 1º Programa radial en “vivo” desde la penitenciaría.
Uno de los objetivos que se había impuesto la gestión era crear actividades que mitigasen la monotonía del encierro; se partió de una situación inicial compleja que se reflejaba en los informes internos de gestión:1 (...) División Trabajo: Esta División ha sido víctima de un proceso sistemático de vaciamiento. Hacen + de 2 años que no se depositan los fondos correspondientes a la Ley 4818. Su estructura interna ha sido extrañamente manipulada. Hay talleres que cuentan con encargados pero carecen de espacio físico y herramientas. Sus recursos humanos se sienten decepcionados y desmoralizados.
La División Trabajo cuenta con 14 talleres y una planta de personal de 23 personas que incluyen a los maestros, el jefe, un administrativo y un arquitecto. Sin embargo no existen planes de crecimiento ni proyectos ni coordinación. Hay ganas de revertir la situación y buenas ideas. Los Maestros son personas con oficio y muchos años de experiencia en el trato con internos. La mayoría de los talleres funcionan, pero sufren la falta de elementos de trabajo como máquinas o materia prima. Todos ocupan menos mano de obra que lo indicado por su capacidad.
1.Planificación (albañilería)
Funciona
2.Cerámica y Alfarería
Funciona
3.Lavandería
Funciona
4.Electricidad
No Funciona
5.Totora y Escobas
Funciona
6.Tapicería y Tornería
Funciona
7.Plomería
No Funciona
8.Zapatería
Funciona
9.Caña y Mimbre
Funciona
10.Herrería
Funciona
11.Chapería
No Funciona
12.Sastrería
Funciona
13.Panadería
Funciona
14.Carpintería
No Funciona

División Psicosocial: Cuenta con un plantel de profesionales prevaleciendo psicólogos y trabajadores sociales. Son todos Coordinadores de algo. Programas, Sectores o simplemente temas. También realizan informes referidos al Régimen Progresivo de la Pena. Hay 3 psicólogos y 2 Asistentes Sociales que trabajan Ad Honorem en la admisión de los internos. Desde este sector se desarrollan algunas relaciones con otras instituciones, estas relaciones son débiles e inestables; lo cual representa un peligro para la paz social del penal porque hay problemas para dar continuidad y estabilidad a la educación que reciben los internos.
En el caso de la UNC. la Facultad de Derecho no ha otorgado mesas de examen para los internos que han cursado). También hay programas de tratamiento para drogadictos y alcohólicos que funcionan. Desconozco si hay un criterio de evaluación o de proceso. Los programas y la gente dependen de sectores y a la vez son coordinadores de conceptos que hasta el momento me resultan abstractos. Existe un aislamiento y descoordinación absolutas respecto de la División Trabajo y del resto del penal.
Los recursos humanos tienen buena calificación académica pero carecen de entusiasmo. En general hay reclamos de mayor presupuesto y la aceptación lisa y llana de que "nada puede hacerse si no hay plata". También hay quejas por problemas en el encuadre de la situación laboral de varios profesionales (figuran como personal de seguridad o no tienen régimen penitenciario).

Hay un convenio funcionando con la Dirección de Cultura para dar talleres de Teatro y Literatura a los internos del Pabellón de Adultos Jóvenes. El Taller de Literatura no funciona y el de teatro lo hace con un "elenco" de 14 internos. Este convenio rige desde agosto de 1998 y hasta agosto del presente. Sin embargo desde la firma del convenio y hasta hoy nadie de la Penitenciaria ha coordinado o le ha dado un sentido dentro del tratamiento penitenciario a estos talleres que casual y afortunadamente son muy positivos y necesitan ampliarse y enriquecerse desde la relación con el personal de tratamiento penitenciario.
Situación Social (...).
La concreción de esta emisión simbolizó el fruto de la Reforma para los internos. La idea era que el programa fuera de los internos. Se hace esta distinción para diferenciarlo de los programas realizados para abordar la problemática penitenciaria o “sobre” los internos. En un caso se discurre acerca de la situación de los presos desde el enfoque de la Sociedad Libre mientras el otro es una expresión de los internos participantes.
Se registran otras experiencias similares en el país como en la Cárcel de Olmos y de Ezeiza, incluso en nuestra Penitenciaría Provincial se produjo con cierta regularidad un programa del Departamento de Extensión Universitaria de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Nacional de Cuyo.
Se trataba de un programa grabado conducido por estudiantes de comunicación social en el que se analizaban las circunstancias del encierro con el aporte de especialistas y profesionales penitenciarios. Quienes protagonizaron este programa hoy se desenvuelven en los medios de comunicación y otros trabajan en el sistema penitenciario. Todos recuerdan con orgullo y cariño estas emisiones y destacan lo útil que fue para conocer el mundo de los presidios.
La idea de realizar un programa en la cárcel también estaba entre las actividades planificadas por la Dirección de Prensa del Ministerio de Justicia y Seguridad. En este caso se aprovechó una experiencia que se venía realizando en la Cárcel de Encausados de San Rafael. Este programa se llamaba “La Oreja”, se transmitía por la radio municipal y era conducido al principio por el equipo de producción del programa sanrafaelino, la periodista Susana Platero y su fiel asistente “Kiko” Jiménez. Las emisiones se realizaban a través de LV8 Radio “Libertador” los días lunes de 12:30hs a 13:30hs
Luego esta tarea fue absorbida por el Personal Penitenciario hasta el final de el ciclo. Cabe consignar que si bien se podría haber obtenido un producto de mejor calidad técnica de haber utilizado profesionales para la conducción del programa, se buscó de esta forma crear un espacio de integración y responsabilidad compartida entre los internos y el personal. Y fue este el resultado más importante que arrojó.
La transmisión de este programa se mantuvo sin interrupciones hasta el final de la gestión. Se organizó un equipo de producción surgido de una selección de internos propuesta por el personal penitenciario. Este equipo tenía que recoger saludos, mensajes y trasladar las inquietudes de los compañeros de pabellón.
Durante los programas se recibían llamadas del exterior, lo que permitía que aquellos internos cuyos familiares vivían en zonas remotas se comunicasen telefónicamente a través de la radio. Otros tenían la posibilidad de cantar en directo o leer sus poesías.
También participaban activamente de las transmisiones los integrantes de la Red de Familiares, Personal Penitenciario, funcionarios y personas allegadas de los cultos que operaban en la Penitenciaria.
A medida que transcurrían los programas la participación de la gente se hizo más fluida.
La idea original era ir rotando a los internos que integraban el equipo de producción para ampliar la cantidad de participantes. Pero en la práctica no ocurrió así: Los internos que participaban del programa se resistían a dejar de hacerlo, tampoco habían tantos internos interesados en cumplir este rol.
El otro factor que influyó en la consolidación de un grupo fue la obligación de cumplir con una base de calidad mínima para la radio. No se podía rotar a la gente todos los programas porque siempre iba a ser como el ”primero” y los oyentes de LV8 Radio Libertador iban a recibir un producto muy descoordinado.
La alegría y el entusiasmo que el programa producía en los presos eran bien grandes, incluso el hecho fue registrado por la prensa antes, durante y después del primer programa y hasta le hicieron una nota para el diario el día previo al “estreno”. “Queremos tratar los temas con responsabilidad y con seriedad” comentaban entusiasmados a Diario Uno los internos que harían el primer programa.
Cristian Velásquez, Rodolfo Cúneo, Guillermo Pavano, Julio Acosta y José Dellagiovanna eran la base de la producción del programa de los presos. Les decían a los diarios que se trataba de un acercamiento entre la sociedad y este ámbito, que es un reflejo de la Sociedad.
Se pusieron en práctica todas las propuestas de los internos; lectura de poemas y cartas a los familiares, canciones de propia autoría; información interna del penal (horarios de visitas, insumos que se permite ingresar, estado de salud de los internos y realización de las obras teatrales); solicitud de materiales para los talleres, libros; sorteo de elementos elaborados en los talleres a cambio de mercadería para los mas necesitados.; saludos a amigos y familiares.
Un grupo muy entusiasta con el programa fue el de las mujeres de la Unidad 3. Muchas internas se anotaban para asistir al programa. La producción había establecido que una parte de los mensajes que mandaban los internos fueran leídos en el aire por un grupo de internas que se renovaba semanalmente. A estas presas les divertía mucho ensayar el ritmo y el estilo para leer los mensajes. El programa de radio fue asumido por todos como la legítima expresión de los privados de Libertad. En los pabellones, muchos internos seguían el programa con atención. Sobre todo los mensajes y saludos que los conectaban con el exterior.
También se leían distintos testimonios y algunos internos contaban su historia. Siempre se reservaba un bloque para dar a publicidad las actividades de los cultos y la Red de Familiares, quienes mandaban representantes a todos los programas.
(continuará)

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@VicenteJEspeche